Te adoro Santa Cruz,
Puesta en el Monte Calvario,
En ti murió mi Jesús,
Para darme eterna luz,
Y librarme del pecado.
2º Acto de Contrición.
3º Salutación (que varía según el día de la novena).
4º Padre Nuestro… y Gloria.
5º Antífona.
6º Oración para todos los días de la novena.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo; que santificaste el madero de la Cruz, para lavar con ella y con tu sangre preciosa las manchas de mis pecados; me pesa de todo corazón todos los pecados que contra ti he cometido en mi vida; espero en tu piedad infinita me los has de perdonar y me propongo la conversión a una vida de gracia.
Luego dirás la salutación siguiente, que es la que solo se varía los días de la novena.
Primer día
Te Saludo Cruz Santísima con todos los coros de Celestiales, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó de honrarte, haciendo de ti Trono de su Majestad divina para remedio del mundo, crédito de sus milagros, y reparo de aquella primera caída porque sea alabada. Amén.
Padre Nuestro. Gloria al Padre...
Antífona
O Cruz Santísima, más resplandeciente que todos los astros y más Santa que los Santos; para el mundo, célebre, para los hombres, amable que sola fuiste digna de contener en tu madero todo el rescate del mundo: Dulce Leño, dulces Clavos, dulces penas que tolerada en ti por mi Señor Jesucristo, fueron el remedio nuestro: Salva a todos, los Cristianos, que en este día repiten tus Alabanzas.
v) Te Adoramos Cristo, y te bendecimos.
r) Que por tu Santa Cruz redimiste el mundo y a mí que soy pecador.
Oración para todos los días de la novena
O Cruz Santísima, noble entre todos los árboles frondosos, que hermoseas el Jardín ameno de la Iglesia; reino del Padre, Cetro del Hijo, sello del Espíritu Santo; honra y gloria del mismo Crucificado, crédito de las maravillas de Dios, oliva frondosa, cedro escogido de Dios, palma, ciprés excelso, trono sagrado del Omnipotente Rey, árbol de la vida, y fuentes de la Bienaventuranza: Te Adoro, bendigo, alabo, y doy a Dios muchas gracias, poniendo debajo de tus misteriosos brazos la familias de nuestra comunidad y las de la Iglesia, para que por tu virtud se digne el Señor de remediarlas, si ha de ser para servirle, bien de mi alma, aumento de la virtud y crédito de ti mismo, que es lo que más deseo; y sobre esto una acertada, feliz y dichosa muerte, y que por ti me reciba el que por ti se dignó de redimirme, que es mi Señor Jesucristo, que con el Padre, y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amen.
Dios te salve María…
Soberana Emperatriz de los Cielos, que al pié de la Santísima Cruz padecisteis tan agudos dolores, y por dignación suprema quedaste constituida madre de todas las criaturas, dígnate, afligidísima Señora, de patrocinar mis peticiones, y socorrer las necesidades de mi alma, que yo te prometo no apartarme ya de la Cruz, y acompañarte siempre en tus dolores, sintiendo tantas penas como ingrato te causé con mis pecados; para que así consiga, con tu amparo, y por el Santo Madero de la Cruz, los frutos de la redención, que en ella obró tu Hijo Jesús. Amén.
Segundo día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, queriendo que fuese adorada por las gentes; y lo que es más, de la Reina de los Ángeles con aquella adoración que solo se debe a su Majestad Santísima, que seas alabada para siempre. Amén.
Tercer día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos profetas, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, poniendo en ti el fundamento de la militante Iglesia adornada de los siete Sacramentos, y demás misterios, que en tu virtud veneramos, porque seas alabada en los siglos de los siglos. Amén.
Cuarto día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos Apóstoles, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, haciendo que en tu virtud se conviertan tantas almas, así de obstinados pecadores, como de apóstatas y gentiles, que alumbrados de tu luz; corrigen sus errores, confesando una Fe, un Bautismo, una Iglesia, una verdadera Ley y un Dios y Señor de todo, que seas adorada para siempre. Amén.
Quinto día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos Evangelistas, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, haciendo que en tu virtud se salve tanto sin número de almas, siendo tú la llave maestra que a todos les franqueas el Paraíso, para gozarse en la gloria, cantando a Dios alabanzas por toda la eternidad. Amén.
Sexto día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos Mártires y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, queriendo que en tu invención milagrosa se halle el más precioso tesoro que venera nuestra Fé, suscitando en él sus antiguas maravillas, con destrucción de los ídolos, confusión de los gentiles, y crédito de su loable providencia que seas alabada para siempre. Amén.
Séptimo día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos Confesores, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, obrando en tu virtud admirable triunfo que consiguió sobre el demonio, quedando éste confundido y exaltada la Majestad verdadera, que seas ahora y siempre venerado en la Santísima Cruz. Amén.
Octavo día
Te Saludo Cruz Santísima, con todas las Santas Vírgenes, y muy en especial con la primera de ellas, y doy al Señor cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, con el aplauso que hasta hoy hace venerarte como preciosa reliquia, llenando el mundo de admiración y milagros para que así confesemos lo que debemos a Dios en la Santísima Cruz, que seas adorada para siempre. Amén.
Noveno día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Justos de la tierra y del Cielo, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, proveyendo en tu virtud los muchos frutos que redundan a la Católica Iglesia, en la expulsión de demonios, extirpación de herejías, dilatación de la Fé, exaltación de tu santísimo nombre, y demás misterios que confesamos, a honra y gloria de Jesús que en la Cruz y con la Cruz seas alabado eternamente. Amén.
Puesta en el Monte Calvario,
En ti murió mi Jesús,
Para darme eterna luz,
Y librarme del pecado.
2º Acto de Contrición.
3º Salutación (que varía según el día de la novena).
4º Padre Nuestro… y Gloria.
5º Antífona.
6º Oración para todos los días de la novena.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo; que santificaste el madero de la Cruz, para lavar con ella y con tu sangre preciosa las manchas de mis pecados; me pesa de todo corazón todos los pecados que contra ti he cometido en mi vida; espero en tu piedad infinita me los has de perdonar y me propongo la conversión a una vida de gracia.
Luego dirás la salutación siguiente, que es la que solo se varía los días de la novena.
Primer día
Te Saludo Cruz Santísima con todos los coros de Celestiales, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó de honrarte, haciendo de ti Trono de su Majestad divina para remedio del mundo, crédito de sus milagros, y reparo de aquella primera caída porque sea alabada. Amén.
Padre Nuestro. Gloria al Padre...
Antífona
O Cruz Santísima, más resplandeciente que todos los astros y más Santa que los Santos; para el mundo, célebre, para los hombres, amable que sola fuiste digna de contener en tu madero todo el rescate del mundo: Dulce Leño, dulces Clavos, dulces penas que tolerada en ti por mi Señor Jesucristo, fueron el remedio nuestro: Salva a todos, los Cristianos, que en este día repiten tus Alabanzas.
v) Te Adoramos Cristo, y te bendecimos.
r) Que por tu Santa Cruz redimiste el mundo y a mí que soy pecador.
Oración para todos los días de la novena
O Cruz Santísima, noble entre todos los árboles frondosos, que hermoseas el Jardín ameno de la Iglesia; reino del Padre, Cetro del Hijo, sello del Espíritu Santo; honra y gloria del mismo Crucificado, crédito de las maravillas de Dios, oliva frondosa, cedro escogido de Dios, palma, ciprés excelso, trono sagrado del Omnipotente Rey, árbol de la vida, y fuentes de la Bienaventuranza: Te Adoro, bendigo, alabo, y doy a Dios muchas gracias, poniendo debajo de tus misteriosos brazos la familias de nuestra comunidad y las de la Iglesia, para que por tu virtud se digne el Señor de remediarlas, si ha de ser para servirle, bien de mi alma, aumento de la virtud y crédito de ti mismo, que es lo que más deseo; y sobre esto una acertada, feliz y dichosa muerte, y que por ti me reciba el que por ti se dignó de redimirme, que es mi Señor Jesucristo, que con el Padre, y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amen.
Dios te salve María…
Soberana Emperatriz de los Cielos, que al pié de la Santísima Cruz padecisteis tan agudos dolores, y por dignación suprema quedaste constituida madre de todas las criaturas, dígnate, afligidísima Señora, de patrocinar mis peticiones, y socorrer las necesidades de mi alma, que yo te prometo no apartarme ya de la Cruz, y acompañarte siempre en tus dolores, sintiendo tantas penas como ingrato te causé con mis pecados; para que así consiga, con tu amparo, y por el Santo Madero de la Cruz, los frutos de la redención, que en ella obró tu Hijo Jesús. Amén.
Segundo día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, queriendo que fuese adorada por las gentes; y lo que es más, de la Reina de los Ángeles con aquella adoración que solo se debe a su Majestad Santísima, que seas alabada para siempre. Amén.
Tercer día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos profetas, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, poniendo en ti el fundamento de la militante Iglesia adornada de los siete Sacramentos, y demás misterios, que en tu virtud veneramos, porque seas alabada en los siglos de los siglos. Amén.
Cuarto día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos Apóstoles, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, haciendo que en tu virtud se conviertan tantas almas, así de obstinados pecadores, como de apóstatas y gentiles, que alumbrados de tu luz; corrigen sus errores, confesando una Fe, un Bautismo, una Iglesia, una verdadera Ley y un Dios y Señor de todo, que seas adorada para siempre. Amén.
Quinto día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos Evangelistas, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, haciendo que en tu virtud se salve tanto sin número de almas, siendo tú la llave maestra que a todos les franqueas el Paraíso, para gozarse en la gloria, cantando a Dios alabanzas por toda la eternidad. Amén.
Sexto día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos Mártires y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, queriendo que en tu invención milagrosa se halle el más precioso tesoro que venera nuestra Fé, suscitando en él sus antiguas maravillas, con destrucción de los ídolos, confusión de los gentiles, y crédito de su loable providencia que seas alabada para siempre. Amén.
Séptimo día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Santos Confesores, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, obrando en tu virtud admirable triunfo que consiguió sobre el demonio, quedando éste confundido y exaltada la Majestad verdadera, que seas ahora y siempre venerado en la Santísima Cruz. Amén.
Octavo día
Te Saludo Cruz Santísima, con todas las Santas Vírgenes, y muy en especial con la primera de ellas, y doy al Señor cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, con el aplauso que hasta hoy hace venerarte como preciosa reliquia, llenando el mundo de admiración y milagros para que así confesemos lo que debemos a Dios en la Santísima Cruz, que seas adorada para siempre. Amén.
Noveno día
Te Saludo Cruz Santísima, con todos los Justos de la tierra y del Cielo, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, proveyendo en tu virtud los muchos frutos que redundan a la Católica Iglesia, en la expulsión de demonios, extirpación de herejías, dilatación de la Fé, exaltación de tu santísimo nombre, y demás misterios que confesamos, a honra y gloria de Jesús que en la Cruz y con la Cruz seas alabado eternamente. Amén.