viernes, 24 de febrero de 2012

VIA CRUCIS: IGLESIA HUEHUETECA CONVOCADA A SER ABOGADA DE LA JUSTICIA Y DEFENSORA DE LOS POBRES

VIA CRUCIS
COMUNIDAD CRISTIANA SANTA CRUZ, ESTAS CONVOCADA A SER ABOGADA
DE LA JUSTICIA Y DEFENSORA DE LOS POBRES

Guía: Por la señal de la Santa Cruz,
Todos: de nuestros enemigos,
líbranos, Señor, Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
AMEN.
Guía: Yo confieso ante Dios todo Poderoso…..
AMEN.

Guía: Hermanos: estamos aquí reunidos para recordar los grandes sufrimientos que Cristo soportó para salvarnos. Un día Cristo dijo: «No existe amor más grande que dar la vida por los amigos» (Jn 15,13).
Sufriendo y muriendo en la Cruz, Jesús nos dio la prueba más grande de su amor. Recorriendo estas estaciones del VIA CRUCIS, iremos meditando sobre nuestros pecados, que fueron la causa de la muerte de Cristo, y al mismo tiempo meditaremos sobre su mandato de caridad/amor que abraza a todas las dimensiones de la existencia, todas las personas, todos los ambientes de la convivencia y todos los pueblos. Nada de lo humano le puede resultar extraño. La Iglesia sabe por revelación de Dios y por la experiencia humana de la fe, que Jesucristo es la respuesta total, sobreabundante y satisfactoria a todas las preguntas humanas sobre la verdad, el sentido de la vida, la felicidad, la justicia y la belleza. Caminemos con Jesús pues, el camino de la Cruz.

I ESTACION JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Guía: Ya el profeta Isaías lo había anunciado:
« ¿Quién podrá creer esta noticia? No tenía gracia ni belleza para que nos fijáramos en él.
Despreciado y tenido como la basura de los hombres, hombre de dolores y familiarizado con el sufrimiento. Ha sido tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías y aplastado por nuestros pecados.
El soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados.
Sin embargo, eran nuestras dolencias las que él llevaba, eran nuestros dolores los que le pesaban. FUE DETENIDO Y ENJUICIADO injustamente y herido de muerte por los crímenes de su pueblo» (Is 53,1-8).

Guía: Nosotros somos aquel pueblo por el que Cristo fue condenado a muerte. Cristo aceptó ser NUESTRO REPRESENTANTE delante del Padre y pagar por nuestros pecados. La condena de Pilato tenía que recaer sobre cada uno de nosotros. ¿Cuántas veces hemos condenado nosotros a Jesús, por medio de nuestros hermanos? Por eso en esta cuaresma realizaremos nuestra Jornada de Solidaridad y nuestra reflexión la centramos en uno de los anuncios que el Papa Benedicto XVI nos hiciera al inaugurar la quinta conferencia de Aparecida: somos la Iglesia de Jesucristo convocada para ser abogada de la justicia y defensora de los pobres; anuncio que se convierte en una exigencia pastoral para atender las muchas necesidades que marcan nuestra historia actual, y a la vez es una profunda dimensión para vivir con fidelidad nuestro seguimiento a Jesucristo que en esta cuaresma debe ser fortalecido.
(Reflexión en silencio).
Guía: OREMOS
Señor Jesús, gracias por habernos amado tanto. Ten piedad de nosotros. Ayúdanos a conocer nuestros pecados, que han sido la causa de tu condenación a muerte.

II ESTACION
JESUS CARGA LA CRUZ Y SE DIRIGE AL CALVARIO
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Después de la condena, le entregan a Cristo una cruz, y empieza su largo y penoso camino hacia el Calvario, lugar donde será crucificado.
Detengámonos y pensemos: Si Cristo hizo tanto por nosotros, ¿es justo que nosotros sigamos diciendo que estamos ocupados y no tenemos tiempo para conocer más a Cristo y seguirlo de veras? ¿Por qué nos espanta tanto el sufrimiento, si nuestro Maestro llegó a dar la vida por nosotros?
Escuchemos su Palabra:
Lector: « Si alguno quiere seguirme, olvídese de sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque si alguno quiere salvar su vida, la perderá; en cambio, si pierde la vida por mi y por el Evangelio, la salvará.
¿De qué sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? O, ¿qué puede ganar el hombre a cambio de su vida?
Yo les digo: Si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta gente adúltera y pecadora, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él, cuando venga en la gloria del Padre, rodeado de sus santos ángeles » (Mc 8,34-38).

Nuestros Obispos nos animan a hacer de nuestra experiencia de Iglesia, una experiencia de total identificación con Jesucristo, una experiencia de familia, de cercanía con los otros que permita compartir sus alegrías y sus angustias; para ello, La Palabra que hemos escuchado y reflexionado es una fuente de luz y gracia que nos impulsa a ser constructores del Reino de Dios teniendo el mandamiento del amor como ley suprema.
Guía: OREMOS
Señor Jesús, concédenos llevar nuestra cruz con fidelidad hasta la muerte.

III ESTACION
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Cristo no puede seguir adelante, cargando con la cruz por mucho rato. Ya se acabaron sus fuerzas: la agonía en el Getsemaní, la noche pasada entre los insultos de los jefes del pueblo, la flagelación y la coronación de espinas, lo han destruido, y cae agotado.
Los soldados se le acercan y le pegan sin compasión. Jesús reúne todas sus fuerzas, se levanta otra vez y sigue su camino, sin decir una palabra.
Escuchemos al profeta Isaías:
« He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me jalaban la barba, y no oculté mi rostro ante las injurias y los salivazos. Puse mi cara dura como piedra» (Is 50,6-7).

El tener compasión del que sufre, atender al necesitado, tener caridad para con los otros, es un buen comienzo pero movidos por el amor tenemos que asumir la responsabilidad de hacer que nuestro camino no sea peligroso. El ambiente en que vivimos tiene muchos peligros que hacen que muchos sean lastimados en su dignidad, que no se respete la vida, que sean víctimas de injusticias, que sean excluidos de los beneficios del desarrollo, etc. En este ambiente, vivir el amor al prójimo, adquiere una dimensión más exigente; pues hay que trabajar, hay que comprometerse para superar toda situación que haga sufrir al otro, y con el coraje del amor emprender acciones que favorezcan el bienestar de todos y así construir el Reino de Dios donde se facilite la vivencia auténtica del amor al prójimo.
Guía: OREMOS
Señor Jesús, enséñanos a sufrir. Que no nos desanimemos en la prueba. Danos la fuerza para levantarnos, cuando caemos en el pecado.

IV ESTACION
JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Ya se lo había anunciado el anciano Simeón, cuando María presentó al niño Jesús en el Templo:
Lector: « Simeón lo bendijo, y después dijo a María, su Madre: Mira, este niño debe ser causa tanto de caída como de resurrección para la gente de Israel. Será puesto como una bandera, de modo que a Él lo atacarán y a ti misma una espada te atravesará el corazón» (Lc 2,34-35).
Guía: Al ver a Jesús cargando la cruz y lleno de sangre, entre los insultos de la gente, María siente en su corazón un profundo dolor y se acuerda de la profecía de Simeón. Conociendo las Escrituras, María sabe que mediante el sufrimiento, Cristo nos va a salvar. Por eso se une íntimamente al sacrificio de su Hijo, sufriendo con Él por nuestra salvación.
Guía: OREMOS
Oh, María, madre de Jesús y madre nuestra, enséñanos a sufrir con Jesús por la salvación del mundo entero.
V ESTACION
EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Jesús ya no puede seguir con al cruz, está tan acabado. Entonces, los soldados obligan a un hombre de Cirene para que ayude a Jesús a llevar la cruz.
Es un ejemplo para nosotros. También nosotros tenemos que ayudar a Jesús para que su sangre no sea inútil para nuestros hermanos. Todavía hay muchos que no conocen a Cristo; nosotros tenemos que preocuparnos por ellos y hacer algo.
Acordémonos de las palabras de Cristo:
Lector: « La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos; por eso rueguen al Dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha. Vayan, los envío como corderos en medio de lobos» (Lc 10, 2-3).
Guía: Pidamos a Dios continuamente para que envíe más misioneros y catequistas a su Iglesia, que tengan el valor de predicar el mensaje de Cristo con fe y sin miedo, convencidos de que sólo mediante la entrega y el sufrimiento se ayuda a Cristo en su obra de salvación.

El tener amor al prójimo, nos hace reconocer que lo importante para Dios es la persona, y su bienestar está por encima de prácticas religiosas, prácticas que en muchas ocasiones no nos permiten reconocer al Dios amigo de la vida y comprometido con los que sufren o descubrir lo que nuestra fe proclama que “Jesucristo es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre”. Por eso la opción preferencial por los pobres nos invita a reconocer que Dios se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos en su pobreza.

Guía: OREMOS
Señor Jesús, perdónanos si muchas veces no te hemos ayudado a llevar la cruz. Tal vez por culpa nuestra muchos se echaron a perder. Ayúdanos a vivir el compromiso que tomamos el día de la Confirmación, de ser soldados tuyos en el mundo.


VI ESTACION
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Mientras Jesús trata de seguir adelante, una mujer se le acerca y le enjuga el rostro con una toalla, quedando en ella la imagen de su cara.
La opción preferencial por los pobres, nos llama como mujeres y hombres de fe, discípulos y misioneros de Jesucristo, a contemplar, en los rostros sufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos: “Los rostros sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo”. Ellos interpelan el núcleo de obrar de la Iglesia, de la pastoral y de nuestras actitudes cristianas. El tener presente esta opción exige, ser cristianos y cristianos amigos de la vida, preocupados de todas aquellas situaciones injustas que no permiten a las personas tener una vida digna, asumir un autentico compromiso y ser un ciudadano del Reino de Dios en la realidad histórica que nos toca vivir; ser una Iglesia más humana, fraterna cercana al pueblo, una Iglesia misionera, que salga de todo acomodamiento, tibieza e indiferencia con los pobres, excluidos y con los que sufren, y renovar nuestra acción pastoral para dar respuestas concretas a las realidades temporales.
Guía: OREMOS
Señor Jesús, graba en nuestros corazones la imagen de tu rostro. Que nunca nos olvidemos de ti.

VII ESTACION
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Nuestras recaídas en el pecado fueron la causa de las numerosas caídas de Jesús en su doloroso camino hacia el Calvario. Es necesario que tomemos en serio nuestro compromiso cristiano, recordando que hemos sido salvados por la sangre de Cristo, el Hijo de Dios.

Lector: « Como hijos obedientes, no vivan más como en el tiempo anterior, cuando todavía ignoraban y se guiaban por sus pasiones. El que los llamó a ustedes, es santo; y también ustedes han de ser santos en toda su conducta, según dice la Escritura: Ustedes serán santos porque yo lo soy. No olviden que han sido liberados de la vida inútil que llevaban antes, imitando a sus padres, no mediante un rescate material de oro y plata, sino con la sangre preciosa del Cordero sin mancha ni defecto. Aménse unos a otros de todo corazón, ya que nacieron a otra vida que no viene de hombres mortales: ustedes ahora viven por la palabra eterna del Dios que vive y permanece. Esta es la Buena Nueva, que llegó a ustedes» (1 Pe 1,14-16.18-19.22b-23.25).

(Reflexión en silencio).

Guía: OREMOS
Señor Jesús, perdónanos por nuestras recaídas en el pecado. Danos la fuerza de tu Espíritu, para que podamos resistir a los ataques del demonio.

VIII ESTACION
JESÚS HABLA A LAS PIADOSAS MUJERES
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lector: « Lo seguía muchísima gente, especialmente las mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo:
Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos. Porque va a llegar el día en que se dirá: Felices las mujeres que no dieron a luz ni amamantaron. Entonces se dirá: ¡Ojalá que las lomas nos ocultaran! Porque, si así tratan al árbol verde, ¿qué no harán con el seco?» (Lc 23,27-31).

Guía: Ahora Jesús nos dirige las mismas palabras: « No lloren por mí; yo ya hice todo lo que pude para salvarlos. Lloren más bien por ustedes mismos. Porque, si no se arrepientes de veras y no dejan el pecado de una vez, recibirán tremendos castigos, como les pasó a los habitantes de Jerusalén, por no haber hecho caso a mis palabras. Y sufrirán aún más, porque se tratará de un castigo eterno».

(Reflexión en silencio).

Guía: OREMOS
Señor Jesús, concédenos un verdadero arrepentimiento de nuestros pecados y un firme propósito de no volver a pecar.


IX ESTACION
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: A pesar de hacer todo el esfuerzo posible para seguir adelante, Jesús ya no aguanta y cae por tercera vez. Así es cuando uno es débil. Así pasa con nosotros, cuando volvemos a caer en el pecado. Es necesario que Dios mismo intervenga en nuestra vida, purificándonos del pecado y dándonos un nuevo corazón. Escuchemos al profeta Ezequiel:

Lector: « Derramaré sobre ustedes agua purificadora y serán purificados. Los purificaré de toda mancha y de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo. Y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Les quitaré del cuerpo el corazón de piedra, y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu dentro de ustedes, para que vivan según mis mandamientos y respeten mis órdenes» (Ez 36,25-27).

Guía: Si seguimos pecando, es que no hemos tenido fe suficiente en las promesas de nuestro Padre Dios. Pidámosle a Dios que aumente nuestra fe y cumpla en nosotros su promesa.

(Reflexión en silencio).

Guía: OREMOS
Oh, Padre Celestial, en el nombre de Jesús, te pedimos que nos quites de una vez este corazón de piedra y nos concedas un corazón de carne, que sepa amar de veras a Ti y a los hermanos.


X ESTACION
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Llegados al lugar de la ejecución, le quitan las vestiduras a Jesús.
Lector: « Yo soy un gusano, y ya no un hombre; vergüenza de los hombres y basura del pueblo.
Mis huesos se han descoyuntado, mi corazón se derrite como cera. Se reparten entre sí mis vestiduras y mi túnica se juegan a los dados» ( Sal 22,7.15.19).

Guía: Mientras Jesús es despojado de las vestiduras, nosotros seguimos teniendo nuestro corazón apegado al dinero y a los honores. Se ve que no hemos entendido nada del mensaje de Cristo. Es necesario que de una vez tomemos una decisión clara: o con Cristo o contra Cristo, ya que es imposible servir a dos amos.

(Reflexión en silencio).

Guía: OREMOS
Señor Jesús, ayúdanos a despojarnos de nuestras malas costumbres.

XI ESTACIÓN
JESÚS ES CRUCIFICADO
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Empezando su predicación, Jesús había dicho:
Lector: « Así como Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, así también es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado en alto, para que todo el que crea en Él tenga la vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo que le dio su Hijo único, para que todo el que crea en Él, no se pierda, sino que tenga la vida eterna» ( Jn 3,14-16).
Guía: ¿Cuánta gente hay todavía en el mundo que no conoce este amor de Dios?

¿Qué estoy haciendo yo para que la Sangre de Cristo no sea inútil para mí y para mis hermanos?
La solidaridad, sería una buena respuesta; entendida según Juan Pablo II como” la decisión firme y perseverante por el bien común, que nos hace responsables del bienestar de la persona y de las personas”. La solidaridad debe generar una actitud de encuentro, hermandad y servicio, que ha de concretarse en opciones y gestos visibles, principalmente en la defensa de la vida y de los derechos de los débiles y excluidos. En este contexto el Papa Benedicto XVI nos recuerda que como Iglesia estamos convocados a ser una Iglesia “abogada de la justicia y defensora de los pobres” ante “intolerables desigualdades sociales y económicas”, que “claman al cielo”.
Guía: OREMOS
Señor Jesús, ayúdanos a ser tus testigos en el mundo. Que todos los hombres conozcan tu amor y se acerquen a Ti.
XII ESTACION
JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Después de tres horas de penosísima agonía, Jesús muere, entre los insultos y las burlas del pueblo. Es el nuevo Cordero Pascual. En su sangre se establece el Nuevo Compromiso, o Alianza, entre Dios y el nuevo Pueblo de Israel, representado por María, San Juan y unas cuantas mujeres. Es el momento más importante de toda la historia de la humanidad.
Alabemos a Cristo y démosle gracias por el grande amor que nos ha manifestado.

Lector: « Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios, hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes que reina sobre la tierra.
Digno es el Cordero que ha sido degollado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza» ( Ap 9,10.12).

(Reflexión en silencio).

Guía: OREMOS
Gracias, oh Señor Jesús, por habernos amado tanto. Que nunca nos cansemos de alabarte y bendecirte.

XIII ESTACION
BAJAN A JESÚS DE LA CRUZ
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lector: « Vinieron entonces los soldados y les quebraron las piedras a los que estaban crucificados para después retirarlos. Al llegar a Jesús vieron que ya estaba muerto. Así que no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado de una lanzada y al instante salió sangre y agua. El que lo vio lo declara para ayudarles en su fe, y su testimonio es verdadero. El mismo sabe que dice la verdad. Esto sucedió para que se cumpla la Escritura que dice: "No le quebrarán ni un solo hueso", y en otra dice: "Contemplarán el que traspasaron"» (Jn 19,32-37).

Guía: ¿Qué más hubiera podido hacer Jesús por nosotros, y no lo hizo? «Contemplarán al que traspasaron», dice San Juan, concluyendo el relato de la Pasión de Cristo. Es lo que nosotros estamos tratando de hacer: contemplar, meditar, pensar seriamente en Cristo, muerto por nosotros. En realidad, sabemos que «en ningún otro se encuentra la salvación, ya que no se ha dado a los hombres sobre la otra tierra otro nombre por el cual podamos ser salvados» (Hch 4,12).

(Reflexión en silencio).

Guía: OREMOS
Señor Jesús, reconocemos que Tú eres el único Salvador y Señor. Que nunca nos olvidemos de Ti.

XIV ESTACION
JESÚS ES SEPULTADO
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Guía: Después de haberlo bajado de la cruz, lo llevaron al sepulcro. He aquí el ejemplo más grande de la humillación.
Escuchemos a San Pablo:

Lector: « Tengan un mismo amor, un mismo espíritu, un único sentir y no hagan nada por rivalidad o por orgullo. Al contrario, que cada uno, humildemente, estime a los otros como superiores a sí mismo. No busque nadie sus propios intereses, sino más bien, el beneficio de los demás. Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús: Él, que era de condición divina, no se aferró celoso a su igualdad con Dios. Sino que se aniquiló a sí mismo tomando la condición de siervo, y llegó a ser semejante a los hombres. Habiéndose comportado como hombre, se humilló, obedeciendo hasta la muerte, y muerte en una cruz» ( Fil 2,2-8).

Guía: Aquí vemos todo lo contrario de la actitud de Adán y Eva, nuestros padres en la desobediencia. Siendo hombres, quisieron ser iguales a Dios. Jesús, siendo Dios se hizo igual a nosotros, para salvarnos. El silencio del sepulcro tiene mucho que enseñarnos.

(Reflexión en silencio).
Guía: OREMOS
Señor Jesús, enséñanos a ser humildes. Que nunca busquemos los honores de este mundo.

XV ESTACION
JESUCRISTO RESUCITA VICTORIOSO
Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
Pueblo: que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Guía: San Pablo, escribiendo a Timoteo, dice: «Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos. Si hemos muerto con Él, con Él también viviremos. Si sufrimos con Él, también reinaremos con Él» (2 Tim 2,8.11-12a).
Para nosotros, Cristo tiene que ser todo; su vida tiene que ser nuestra vida. Hoy, debemos reconocer que como cristianas, cristianos e Iglesia, estamos convocados, a ser sacramentos de amor, solidaridad y justicia entre los pueblos, ser buenas y buenos samaritanos, amigos, compañeros y amar sin condiciones.
Lector: « Mediante el bautismo fueron sepultados con Cristo; y también en el mismo bautismo fueron resucitados con Cristo. Ustedes estaban muertos por sus pecados; pero Dios les perdonó todas sus faltas. Así pues, si han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde se encuentra Cristo, sentado a la derecha de Dios; piensen en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Pues ustedes han muerto, y su vida está ahora escondida con Cristo, en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, ustedes también vendrán a la luz con Él y tendrán parte en su gloria» ( Col 2,12-13; 3,1-4).

(Reflexión en silencio).

Guía: OREMOS
Señor Jesús, enséñanos a vivir pensando siempre en Tí, que estás victorioso a la diestra del Padre. Qué después de haberte acompañado hasta el Calvario, podamos alcanzarte en la gloria.

ORACIÓN COMUNITARIA

Guía: Hermanos, hemos visto cuánto Dios hizo por nosotros. Acerquémonos, pues, a Él con toda confianza, pidiéndole sinceramente perdón por todos los pecados que hayamos cometido y renovándole la entrega total de nuestra vida. Él nos amó y entregó su vida por nosotros; también nosotros, de ahora en adelante, tratemos de amarlo sobre todas las cosas y de vivir conducidos por su mismo Espíritu.
A cada intención, contestemos: TE ROGAMOS, SEÑOR.

• Que este viacrucis nos ayude a renovar nuestra opción por Jesucristo: Buscando los mejores medios para realizar un encuentro personal y muy cercano con Él para que nos haga descubrir que debemos ser constructores del Reino en la historia de nuestra comunidad. Oremos al Señor.
• Que nuestra experiencia de Discípulos y Misioneros de Jesucristo en nuestra comunidad forme espacios que nos permitan compartir más de cerca la vida, de tal modo que no seamos extraños sino hermanos que unidos celebramos a Jesucristo. Oremos al Señor.
• Que nuestros agentes de pastoral y todos los que se sientan llamados a servir, impulsen una evangelización más humana y cercana a la persona y a la comunidad, trabajando por la justicia y atendiendo de manera preferencial a los más pobres. Oremos al Señor.
• Que Dios permita fortalecer nuestra identidad como Iglesia diocesana huehueteca y podamos aportar económicamente desde nuestra pobreza o abundancia en esta jornada cuaresmal y de esa manera colaborar en el cumplimiento de la misión que el Señor nos ha encomendando. Oremos al Señor.

Oración conclusiva
Guía: Oh, Padre Celestial, te damos gracias y te alabamos por el grande amor que has manifestado hacia nosotros. Por amor nos creaste y por amor nos redimiste, entregando a tu mismo Hijo, que derramó toda su sangre para pagar nuestra libertad y conseguirnos el perdón de los pecados.
Y para que nuestra vida, desde ahora fuera una ofrenda agradable para ti, nos enviaste al Espíritu Santo como primicia de la nueva vida que tendremos un día en la gloria. Bendito sea para siempre tu santo Nombre. No permitas nunca que volvamos al pecado; más bien, ayúdanos a tener siempre una vida santa, alabándote ahora y por los siglos de los siglos. AMÉN.

XIII Jornada de Solidaridad Cuaresma 2012

IGLESIA HUEHUETECA ERES:
CONVOCADA A SER ABOGADA DE LA JUSTICIA Y DEFENSORA DE LOS POBRES


Por Mons. Rodolfo Francisco Bobadilla Mata

En esta cuaresma realizaremos nuestra Jornada de Solidaridad y nuestra reflexión la centramos en uno de los anuncios del Papa Benedicto XVI nos hiciera al inaugurar la quinta conferencia del episcopado latinoamericano en Aparecida, Brasil: somos la Iglesia de Jesucristo convocada para ser abogada de la justicia y defensora de los pobres; anuncio que se convierte en una exigencia pastoral para atender las muchas necesidades que marcan nuestra historia actual, y a la vez es una profunda dimensión para vivir con fidelidad nuestro seguimiento a Jesucristo que en esta cuaresma debe ser fortalecido.

1.Iluminación desde la Palabra: Lucas 10, 25-37 El buen Samaritano.
Esta parábola muy conocida por nosotros presenta a un maestro de la ley que al preguntar quién es su prójimo, quizá esperaba que Jesús le marcara los limites exactos de su deber para con los demás, que le dijera a quienes tenía que amar.
Jesús no da una respuesta indicando a quienes tiene que amar, sino que con el relato le hace comprender que todo aquel que tiene necesidad, es a quien hay que atender, al que hay que amar; pues el amor el que inspira a atender al otro y solo desde el amor se tendrá el coraje para arriesgar la propia seguridad, para interrumpir su viaje, para interrumpir el quehacer programado. Solo el amor nos lleva a atender, a hacer el bien sin estar haciendo cálculos, sin estar poniendo condiciones ventajosas, sin esperar algún pago a cambio; sin estar viendo si lo merece o no, si es de los nuestros o no.
El relato que brota de una pregunta finaliza con otra pregunta: según tu parecer quién se portó como prójimo; la conclusión es clara, sencilla y determinadamente: El que tuvo compasión. Con esta respuesta queda claro que prójimo es todo aquel necesitado, como el desconocido que había caído en manos de los bandido, y de igual manera queda claro que aquellos indiferentes que pasaron de largo o se fueron por otro camino, por muy religiosos que sean, NO aman a Dios, pues no son capaces de amar a quien tiene enfrente.
Jesús el Maestro, a quien se le pregunto que es necesario hacer para alcanzar la vida eterna, concluye con un mandato que impulsa a conquistarla: ANDA Y HAZ TÚ LO MISMO. Si queremos tener vida, el camino es el amor a todos, sin excluir a nadie y con una atención preferencial por el más necesitado.

2. Haciendo Vida La Palabra: Anda y Has Tú Lo Mismo.
Nuestros Obispos nos animan con las conclusiones de la quinta conferencia del episcopado latinoamericano a hacer de nuestra experiencia de Iglesia, una experiencia de total identificación con Jesucristo, una experiencia de familia, de cercanía con los otros que permita compartir sus alegrías y sus angustias; para ello, La Palabra que hemos escuchado y reflexionado es una fuente de luz y gracia que nos impulsa a ser constructores del Reino de Dios teniendo el mandamiento del amor como ley suprema.
El tener compasión del que sufre, atender al necesitado, tener caridad para con los otros, es un buen comienzo pero movidos por el amor tenemos que asumir la responsabilidad de hacer que “el camino de Jerusalén a Jericó” n sea peligroso. El ambiente en que vivimos tiene muchos peligros que hacen que muchos sean lastimados en su dignidad, que no se respete la vida, que sean víctimas de injusticias, que sean excluidos de los beneficios del desarrollo, etc. En este ambiente, vivir el amor al prójimo, adquiere una dimensión más exigente; pues hay que trabajar, hay que comprometerse para superar toda situación que haga sufrir al otro, y con el coraje del amor emprender acciones que favorezcan el bienestar de todos y así construir el Reino de Dios donde se facilite la vivencia auténtica del amor al prójimo.
El tener amor al prójimo, nos hace reconocer que lo importante para Dios es la persona, y su bienestar está por encima de prácticas religiosas, prácticas que en muchas ocasiones no nos permiten reconocer al Dios amigo de la vida y comprometido con los que sufren o descubrir lo que nuestra fe proclama que “Jesucristo es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre”. Por eso la opción preferencial por los pobres nos invita a reconocer que Dios se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos en su pobreza.
La opción preferencial por los pobres, nos llama como mujeres y hombres de fe, discípulos y misioneros de Jesucristo, a contemplar, en los rostros sufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos: “Los rostros sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo”. Ellos interpelan el núcleo de obrar de la Iglesia, de la pastoral y de nuestras actitudes cristianas. El tener presente esta opción exige, ser cristianos y cristianos amigos de la vida, preocupados de todas aquellas situaciones injustas que no permiten a la persona y personas tener una vida digna, asumir un autentico compromiso y ser un ciudadano del Reino de Dios en la realidad histórica que nos toca vivir; ser una Iglesia más humana, fraterna cercana al pueblo, una Iglesia misionera, que salga de todo acomodamiento, tibieza e indiferencia con los pobres, excluidos y con los que sufren, y renovar nuestra acción pastoral para dar respuestas concretas a las realidades temporales.
De nuestra fe en Jesucristo, brota también la solidaridad, entendida según Juan Pablo II como” la decisión firme y perseverante por el bien común, que nos hace responsables del bienestar de la persona y de las personas”. La solidaridad debe generar una actitud de encuentro, hermandad y servicio, que ha de concretarse en opciones y gestos visibles, principalmente en la defensa de la vida y de los derechos de los débiles y excluidos. En este contexto el Papa Benedicto XVI nos recuerda que como Iglesia estamos convocados a ser una Iglesia “abogada de la justicia y defensora de los pobres” ante “intolerables desigualdades sociales y económicas”, que “claman al cielo”.
Hoy, debemos reconocer que como cristianas, cristianos e Iglesia, estamos convocados, a ser sacramentos de amor, solidaridad y justicia entre los pueblos, ser buenas y buenos samaritanos, amigos, compañeros y amar sin condiciones.

3. Camino De La Solidaridad
Que la realización de la Jornada cuaresmal de Solidaridad sea una experiencia que nos permita:
• Reflexionar y renovar nuestra opción por Jesucristo: Buscando los mejores medios para realizar un encuentro personas y muy cercano con Jesucristo que nos haga descubrir que debemos ser constructores del Reino en la historia de nuestros pueblos.
• Reflexionar sobre nuestra experiencia de ser Iglesia y revitalizar los espacios que nos permitan compartir más de cerca la vida, de tal modo que no seamos extraños sino hermanos que unidos en el amor encuentran vida alrededor de Jesucristo.
• Fortalecer nuestra condición de discípulos misioneros impulsando una pastoral más humana y cercana a la persona y al pueblo, trabajando por la justicia y atendiendo de manera preferencial a los más pobres.
• Fortalecer nuestra identidad como Iglesia diocesana huehueteca, aportando económicamente desde nuestra pobreza o abundancia en esta jornada cuaresmal y de esa manera colaborar en el cumplimiento de la misión que el Señor nos ha encomendando.